El bloque de mármol de donde Miguel Angel "extrajo" esta maravillosa escultura, había sido traido de las canteras de Carrara, en un principio para el escultor Simone da Fiesole, pero quedó dañado cuando intentó trabajar con él. Posteriormente lo intentaron Agostino di Duccio y Antonio Rossellino, produciendole varias fracturas más a la piedra. Años estuvo la gigante masa marmórea hasta que Miguel Angel la usó para el encargo del David, que fue encargada para decorar la Opera del Duomo junto a varias esculturas más de otros artístas. Lo mejor fue cuando, una vez terminado el David, el Papa Alejandro VI fue a verlo, y después de observarlo detenidamente le sugirió al artísta que la nariz había quedado desproporcionada, demasiado grande, a lo que Miguel Angel, conteniendo el temperamento que lo hizo tan popular y lo metió en tantos líos, se subió al andamio, cogió disimuladamente polvo de mármol que habia en él y simuló que tallaba la nariz del David; el Papa quedó contento (aunque engañado) y Miguel Angel dejó su figura como él quería que estuviera.
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