Su vida familiar no fue fácil porque, aunque sus adinerados abuelos maternos le proporcionaban muchos caprichos, sus padres atravesaron momentos difíciles, sobre todo a causa del alcoholismo del padre. Finalmente, acabaron divorciándose.
En 1920, Amelia asistió a un espectáculo aéreo en Long Beach y se enamoró de los aviones. Consiguió que le permitiesen volar 10 minutos sobre Los Ángeles a bordo de un biplano. En aquel momento supo que tendría que ser aviadora.
Aunque demostró una gran inteligencia en la Universidad, decidió abandonar la carrera de medicina para centrarse en la aviación.
Su fama se extendió rápidamente y en 1927, el capitán Railey le ofreció ser la primera mujer en cruzar el Atlántico. Aunque sólo fue de pasajera de Wilmer Stultz, piloto, y Louis Gordon, mecánico, al finalizar la travesía, los periodistas centraron sus entrevistas en ella.
En 1931 contrajo matrimonio con el afamado editor y explorador George Palmer Putnam. Amelia tenía unas ideas muy modernas acerca del matrimonio, conservó su apellido de soltera y sostuvo siempre que el matrimonio era una asociación en la que existía igualdad de responsabilidades para ambos.
En 1932 decidió que ya estaba preparada para atravesar el Atlántico ella sola. El 20 de mayo aterrizó en Londonderry, en el norte de Irlanda.
Amelia necesitaba superarse y alcanzar retos cada vez más difíciles.
En 1935 comenzó a planificar un viaje alrededor del mundo. De lograrlo, conseguiría alcanzar dos metas: ser la primera mujer en conseguirlo y utilizar una ruta distinta a la habitual en estas travesías. Y es que en los vuelos alrededor del mundo que se habían desarrollado hasta entonces, las etapas eran cortas y se realizaban a través de los cielos del hemisferio norte. Earhart quería intentar circunvolar el globo siguiendo la línea del ecuador.
Pero el viaje terminó fracasando, cerca de Pearl Harbor perdieron el control del aeroplano. Uno de los tripulantes atribuyó la responsabilidad del accidente a Amelia.
El fracaso no hizo sino incentivar a Amelia, que decidió cambiar el curso del viaje hacia el este. También decidió que, en la próxima ocasión, sólo la acompañara Noonan.
Durante su viaje, mantuvo constante comunicación con el guardacosta estadounidense Itasca. Envió al Itasca su célebre mensaje indicando que el combustible se estaba agotando. A las 20:14 el guardacosta recibió el último mensaje dando su posición. Hacia las 21:30 empezó a asumirse que el avión podía haber caído al mar, en un punto a 4113 kilómetros de la isla Howland, y comenzó una búsqueda contrarreloj.
El presidente Franklin D. Roosevelt autorizó la búsqueda de Amelia con 9 barcos y 66 aviones. Pero todos los esfuerzos fueron inútiles. El 18 de julio se abandonó la operación de rescate porque no existían ya esperanzas de encontrar viva a la tripulación.
El 5 de enero de 1939, Amelia Earhart fue declarada oficialmente muerta en el Tribunal Superior de Los Ángeles, California.
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